lunes, 22 de junio de 2015

Lost

Lo más importante que hay en la vida, es encontrarse a uno mismo, ser valientes en las etapas de duelo que vivimos, apostar por todo aunque puedas quedarte sin nada, volver a arriesgarte y no quedarte con las ganas de vivir lo que quieres por miedos absurdos que no te llevan a ningún lado, y mucho menos a ser feliz.

El problema es que a veces estamos tan perdidos que nos miramos al espejo y hasta nuestro reflejo nos parece un completo desconocido. Cómo vamos a ser capaces de ver lo que nos rodea, de tener una visión clara y saber lo que queremos si ni si quiera somos capaces de saber quién somos?

Y es que a veces la persona menos esperada es la que te da la puñalada, que la vida no tiene pretextos ni virtudes, que nadie recomienda dar el 100% con nadie, y que si lo haces te van a castigar.

La única realidad es que cuando esto pasa hay que avanzar cada día un pequeño paso sabiendo que lo has dado, siendo firme, y no saliendo a correr sin mirar a dónde vas, pensando que así llegarás más lejos, sin saber que quizás te canses antes y que pierdas cosas por el camino, como el agua que te cruzaste, o el árbol que te daba sombra en los días difíciles.

Que igual no se trata de meterte más en el bosque, que a lo mejor nos han engañado todo el tiempo y las cosas consisten en quedarnos quietos y dejar que nos encuentren. Que a lo mejor es más fácil saber a dónde vas cuando tienes a alguien al lado que te recuerda el sentido del viaje y por qué empezaste, y que quizás nunca hay que olvidar por dónde ya has pisado porque forma parte de ti, pero lo que tienes que aprender es a mirar siempre lo que queda por delante y en llegar a tu meta, el destino es un papel en blanco y de ti depende la historia que quieras dejar en él.

Que te toman por tonto/a porque eres feliz, y quizás sea esa, tu debilidad más grande, y en ese momento es en el que no te reconoces y te sientes perdido bajo el umbral de cualquier sombra.

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